La fe es el
conocimiento del misterio
Con el don del
Espíritu Santo, el hombre llega por la fe a contemplar y saborear el misterio
del plan divino (GS.15)
La fe todo lo
ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del
hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas (GS.11)
Dios ha llamado
y llama al hombre a adherirse a ÉL con la total plenitud de su ser en la perpetua
comunión de la incorruptible vida divina (GS. 18)
La razón más
alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con
Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios (GS. 19)
Esto vale no
solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena
voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por
todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir
divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la
posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este
misterio pascual.
- Este es el gran misterio del hombre que la revelación cristiana esclarece a los fieles. Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolor y de la muerte (GS. 22). En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado.
El sacramento es
la participación del misterio
Cristo murió por
todos, y la vocación suprema del hombre
en realidad es una sola, es decir divina. En consecuencia, debemos creer
que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios conocida, se
asocian a este misterio pascual (GS. 22)
Esta obra de la
redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada por las
maravillas que Dios obró en el pueblo de la antigua alianza, Cristo la realizó
principalmente en el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección
de entre los muertos y gloriosa ascensión. Por este misterio “con su muerte
destruyó nuestra muerte y con su resurrección
restauró nuestra vida”…
Los sacramentos
están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo
de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios; pero en cuanto a los signos,
también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que, a la vez la
alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas, por esto
se llaman sacramentos de la fe (SC. 59)
Imagen de la
Iglesia dentro de la comunidad humana
La Iglesia,
“entidad social visible y comunidad espiritual”, avanza juntamente con toda la
humanidad, experimenta una suerte de terrena del mundo, y su razón de ser es actuar como fermento y como alma de
la sociedad, que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios.
Fuentes bibliográficas: Textos
Conciliares Comentados. TEOLOGÍA ABIERTA PARA EL LAICO ADULTO. ESA COMUNIDAD
LLAMADA IGLESIA. Juan Luis Segundo S.I. Ed. Carlos Lohlé
Editado por: Marina
Fiorino Sierra
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