Camino al 35°Aniversario de la Proclamación de San
Francisco de Asís, Patrono de la Ecología (1979-2014)
VOCACION HUMANA A SER CUSTODIOS
(Tercera entrega)
Lic. Fray Luis Antonio Scozzina ofm
Director del CEFEDER
UCA ROSARIO
III. Experiencia espiritual y mirada contemplativa
franciscana.
La originalidad de la vida y la experiencia de Dios de San Francisco ofrece
a la espiritualidad cristiana actual y la teología de la creación recuperar una
dimensión integral de la antropología cristiana reproponiendo una nueva clave
ética y existencial, así lo formula J. A. Merino[16], en su libro sobre
ecología en clave franciscana: “El convencimiento sentido y vivido en la
espiritualidad franciscana es el reconocimiento y la celebración de la
gratuidad de la vida y del mundo como don. Desde ese reconocimiento de
la gratuidad de la existencia, la vida se transforma en celebración,
fraternidad y gratuidad. Quien logra descubrir el mundo y todo lo que hay en él
como gracia y gratuidad, no puede ser un agente destructor, depredador ni
corruptor del mundo natural. Es verdad que la ecología es cuestión de ciencias
interdisciplinares, de técnicas sanas y de políticas protectoras. Pero también
es verdad que la ecología necesita de una nueva mentalidad en todos los habitantes
de este universo, que se debe traducir en respeto, salvaguarda y protección…
…El franciscanismo puede ser el fermento de una revolución pacífica de las
conciencias y de los comportamientos para sanear el medio ambiente y poder
llegar a la gran fraternidad cósmica, que es el símbolo de lo que nos falta”
La experiencia espiritual de San Francisco, su modo existencial de
relacionarse con Dios y con la creación desde la “lógica del don” le permitirá
tanto a la espiritualidad como al pensamiento filosófico-teológico franciscano;
proponer “presupuestos válidos para una antropología relacional y una ética
de sencillez, de la moderación y de la frugalidad como respuesta a la
explotación y dilapidación del medio ambiente. Para la sensibilidad franciscana
no se trata de conocer y de interpretar la realidad, sino también de
actuar. Además, la vida es un sacramento y todo lo que existe es un regalo.
Esto postula el respeto de los recursos naturales, su uso moderado y sobrio,
gozar también de las pequeñas cosas de cada día, evitando lo superfluo y
el derroche como signos de incultura… …. Desprendimiento voluntario de cosas,
sencillez de vida y alegría por el don de la existencia son actitudes de
reverencia por la creación y modelo de convivencia. El ascetismo franciscano es
la consecuencia de la perfecta alegría. Quién está alegre, celebra. Quien
celebra, comparte. Quien comparte, hace justicia al Creador y es cortés con
toda la creación.”[17]
La valoración de la singularidad y de la diversidad de la naturaleza
permite una mirada no sólo ética sino también contemplativa de la creación. El
Cántico de las Criaturas de Francisco es también un concierto de alabanza y
acción de gracias del universo entero por la llamada a la existencia: “Loado
seas, mi Señor, con todas tus criaturas”. Esta tradición espiritual
está recuperada en el Documento de Aparecida (DA 125) y es asumida
explícitamente en el ministerio apostólico del Papa Francisco, cuando une
cuidado de la tierra y cuidado del hombre y del más vulnerable desde la
experiencia de amor al Cristo sufriente y resucitado.
Editado por: Marina Fiorino Sierra
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16 Merino, J.A., Francisco de Asís y la ecología. Madrid 2008
17 Tomado del subsidio para la formación
permanente sobre el Cap. IV de las CC.GG.OFM, “Peregrinos y extranjeros en
este mundo”, p.63-4 Roma 2008
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