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martes, 29 de julio de 2014

Experiencia espiritual y mirada contemplativa franciscana.

Camino al 35°Aniversario de la Proclamación de San Francisco de Asís, Patrono de la Ecología (1979-2014)
VOCACION HUMANA A SER CUSTODIOS
(Tercera entrega)
Lic. Fray Luis Antonio Scozzina ofm
Director del CEFEDER
UCA ROSARIO
 
  III. Experiencia espiritual y mirada contemplativa franciscana.
La originalidad de la vida y la experiencia de Dios de San Francisco ofrece a la espiritualidad cristiana actual y la teología de la creación recuperar una dimensión integral de la antropología cristiana reproponiendo una nueva clave ética y existencial, así lo formula J. A. Merino[16], en  su libro sobre ecología en clave franciscana: “El convencimiento sentido y vivido en la espiritualidad franciscana es el reconocimiento y la celebración de la gratuidad de la vida y del mundo como don. Desde ese reconocimiento de la gratuidad de la existencia, la vida se transforma en celebración, fraternidad y gratuidad. Quien logra descubrir el mundo y todo lo que hay en él como gracia y gratuidad, no puede ser un agente destructor, depredador ni corruptor del mundo natural. Es verdad que la ecología es cuestión de ciencias interdisciplinares, de técnicas sanas y de políticas protectoras. Pero también es verdad que la ecología necesita de una nueva mentalidad en todos los habitantes de este universo, que se debe traducir en respeto, salvaguarda y protección… …El franciscanismo puede ser el fermento de una revolución pacífica de las conciencias y de los comportamientos para sanear el medio ambiente y poder llegar a la gran fraternidad cósmica, que es el símbolo de lo que nos falta”

 La experiencia espiritual de San Francisco, su modo existencial de relacionarse con Dios y con la creación desde la “lógica del don” le permitirá tanto a la espiritualidad como al pensamiento filosófico-teológico franciscano; proponer “presupuestos válidos para una antropología relacional y una ética de sencillez, de la moderación y de la frugalidad como respuesta a la explotación y dilapidación del medio ambiente. Para la sensibilidad franciscana no se trata de conocer y de  interpretar la realidad, sino también de actuar. Además, la vida es un sacramento y todo lo que existe es un regalo. Esto postula el respeto de los recursos naturales, su uso moderado y sobrio, gozar también de las pequeñas cosas de cada día,  evitando lo superfluo y el derroche como signos de incultura… …. Desprendimiento voluntario de cosas, sencillez de vida y alegría por el don de la existencia son actitudes de reverencia por la creación y modelo de convivencia. El ascetismo franciscano es la consecuencia de la perfecta alegría. Quién está alegre, celebra. Quien celebra, comparte. Quien comparte, hace justicia al Creador y es cortés con toda la creación.”[17]
         La valoración de la singularidad y de la diversidad de la naturaleza permite una mirada no sólo ética sino también contemplativa de la creación. El Cántico de las Criaturas de Francisco es también un concierto de alabanza y acción de gracias del universo entero por la llamada a la existencia: “Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas”.  Esta tradición espiritual está recuperada en el Documento de Aparecida (DA 125) y es asumida explícitamente en el ministerio apostólico del Papa Francisco, cuando une cuidado de la tierra y cuidado del hombre y del más vulnerable desde la experiencia de amor al Cristo sufriente y resucitado.
Editado por: Marina Fiorino Sierra
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16 Merino, J.A., Francisco de Asís y la ecología. Madrid 2008
17  Tomado del subsidio para la formación permanente sobre el Cap. IV de las CC.GG.OFM, “Peregrinos y extranjeros en este mundo”, p.63-4 Roma 2008

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