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lunes, 17 de noviembre de 2014

Cinco claves del pensamiento pastoral del Papa Francisco

Última Entrega
Francisco es un pastor y un pastoralista, un misionero activo y un pensador profundo, “un maestro de pastoral”.

         1.      La mística: la dulce alegría de evangelizar. El título orienta la mirada a la alegría que provoca la Buena Nueva. No acentúa el Evangelio de la alegría sino la alegría que provoca el Evangelio. La alegría del discípulo nace de la fe en la Buena Noticia del amor de Dios en Jesucristo. “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (A 29).
      2.    Una eclesiología en la huella del Concilio y de Pablo VI. Francisco quiere una Iglesia misio-céntrica. Expone una eclesiología pastoral porque “la Iglesia existe para evangelizar” (EN 14). El primer capítulo analiza “la transformación misionera de la Iglesia” con expresiones novedosas (EG 19-51). “Una Iglesia en salida” (EG 20-24) se centra en Cristo y el hombre. “El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales”.  Francisco emplea mucho las imágenes femeninas de la Iglesia: esposa, madre, viuda. La casa de la Madre es como un hospital de campaña después de la batalla que recoge, alivia y cuida a los hijos heridos en la vida y en la fe.[1] Las metáforas referidas a la Iglesia como madre, casa y hospital son elocuentes. Con el soporte de su eclesiología pastoral y el impulso de la espiritualidad misionera Francisco desea realizar la reforma de la Iglesia soñada por el Concilio Vaticano II.


3.     El influjo pastoral universal de Aparecida. El primer Papa sureño y latinoamericano, con tonada argentina y porteña, representa de una forma singular el corazón, el rostro y el camino de la Iglesia latinoamericana. La novedad de su pontificado está relacionada con la novedad de Aparecida.[2] Hay una íntima relación entre Aparecida y Francisco.[3] El mundo observó ese vínculo espiritual, afectivo y pastoral el 24 de julio de 2013, cuando Francisco peregrinó desde Río al santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida para visitar a la Madre de Dios, donde estuvo en 2007. Francisco emplea muchas veces el sustantivo atracción y el verbo atraer porque “la Iglesia no crece por proselitismo sino ‘por atracción’” (EG 14, 131; A 159). 



     La misión es, sobre todo, obra de la atracción de Dios en Cristo por el Espíritu, María y la Iglesia. La evangelización no es cruzada, ni marketing, ni proselitismo. Surge de la primera bondad de Dios y la sorpresa del éxodo misionero  de la Iglesia (EG 24). El camino de Dios es la belleza de la atracción del amor. El texto insiste en que Dios nos primerea con la iniciativa de su misericordia (EG 24) y destaca el primado de su gracia en el anuncio del Evangelio (EG 12, 112). Francisco expresa la revolución de la ternura de Dios que comenzó con la Encarnación de su Hijo, Jesús. En sus mensajes navideños en Buenos Aires afirmaba, contemplando la imagen del Niño, que Dios es ternura.
     4.       La dimensión social de la evangelización. El Santo Padre afirma que muchas cuestiones graves de la Iglesia y del mundo deben ser aún profundizadas y que no es su función dar una palabra definitiva o completa sobre todas (EG 16), ni hacer análisis detallados sobre la realidad actual (EG 51) y por eso dice que, como tal, él no tiene “el monopolio en la interpretación de la realidad social” (EG 184). Al contrario, citando la carta de Pablo VI de 1971, mueve a las comunidades cristianas locales a discernir desde el Evangelio las desafíos y a transformar las nuevas realidades (EG 108). 
     5.      La teología argentina en la síntesis pastoral de Francisco. Las novedades de la exhortación son innumerables en los planos del pensamiento el lenguaje y la acción. En línea con lo presentado por Juan Carlos Scannone,  afirma Galli,  que el Papa asume y enriquece muchos aportes de la teología bíblica, hermenéutica, moral, pastoral, histórica, espiritual, cultural y social gestada en la comunidad teológica argentina. En el siglo XX la teología católica fue pensada, dicha y escrita en latín y, luego, en francés, alemán, italiano e inglés. Con este patrimonio común el siglo XXI puede recibir el humilde aporte de una teología pensada, dicha y escrita en castellano y con tonada argentina. De este modo, la incipiente pero promisoria teología argentina,  hasta ahora marginada en aulas y libros europeos, puede comenzar a ser conocida, reconocida, discutida y aprovechada. Éste es un kairós para conocer la reflexión teológica argentina que nutre el pensar de Francisco.




[1] Cf. A. Spadaro, “Intervista a Papa Francisco”, La Civiltá Cattolica 3918 (2013) 461-462.
[2] Cf. L. Accattoli, Il vescovo di Roma. Gli esordi di Papa Francesco, Bologna, Dehoniane, 2014, 30-31.
[3] Cf, C. M. Galli, “Francesco e la Chiesa latinoamericana”, Il Regno / Attualitá 2014/2, 57-63.

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