Primera Entrega
Buenos Aires
1. Al
concluir el Año de la Fe, convocado por Benedicto XVI, el Papa Francisco dio a
conocer su exhortación apostólica Evangelii
gaudium (EG).[1] En este
aniversario del primer obispo de Roma y Papa latinoamericano, mi tarea no
consiste en analizar su pontificado, lo que llevaría a interpretar hechos,
imágenes, sentimientos, decisiones y textos con sus sentidos y efectos. Se me dio
un encargo más modesto: ayudar a comprender su exhortación, lo que exige captar
el Código Francisco, el profundo
mensaje dado en un sencillo lenguaje.
Llamo código Francisco a la forma original en la que Francisco une
el contenido, el lenguaje y el tono -la música- al proclamar el Evangelio mediante el lenguaje mixto de los gestos y las
palabras. El Papa trasmite el mensaje con la gramática
de la simplicidad: saluda a todos, toma en brazos a los niños, besa a los
enfermos, bendice con la señal de la cruz. Es un icono de la fe expresada en
una cultura gestual, afectiva y festiva. Su estilo pastoral es cercano al
pueblo por la calidez en el trato y por la sencillez en la predicación. En este
marco, nuestra exhortación propone una
renovada teología pastoral del anuncio evangelizador o misionero.
2.
La alegría del Evangelio es un
documento muy original en su contenido, su forma y su estilo, que conjuga
líneas teológicas, espirituales y sociales con una neta orientación pastoral.
La
convocatoria a convertirse para recibir y cultivar “la gracia de la
misionariedad” (EG 124) se resume en dos frases: Sueño
con una opción misionera capaz de transformarlo todo (EG 27) y la
salida misionera es el paradigma de toda la Iglesia (EG 15). El corazón de este programa de anuncio misionero
es la alegría de recibir y comunicar el Evangelio de Jesucristo (Mc 1,1).
La
novedad del papado se expresa en su documento, anticipado en el viaje al Brasil
y en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.
El programa de un pontificado misionero y reformador, hunde sus
raíces tanto en la figura singular de
Francisco como en su pertenencia a la
Iglesia de América Latina y al proyecto misionero de la V Conferencia
General de nuestro Episcopado celebrada en Aparecida en 2007, y también, en la
incipiente pero promisoria teología argentina del último medio siglo. No se
puede entender a Francisco sin conocer la Iglesia de América Latina y la
teología de la Argentina.
Del
22 al 28 de julio Francisco hizo su primera peregrinación misionera
internacional al Brasil, el país más grande de América Latina y con mayor
población católica del mundo.
La
globalización de las imágenes favoreció la comunión en sentimientos y oraciones.
Como dije, esas Jornadas simbolizan el momento eclesial,[1] y el pensamiento papal.
No
se trata de exportar el modelo latinoamericano de Aparecida invirtiendo el
centralismo pastoral, sino que cada iglesia asuma la misión universal desde su propio
tiempo y su lugar.
[1] Cf. Francisco, La revolución de la ternura. XXVIII Jornada Mundial de la Juventud Río
2013, Buenos Aires, PPC Cono Sur, 2013.
[1] El nombre completo
es: Exhortación apostólica Evangelii
gaudium del Santo Padre Francisco a los obispos, a los presbíteros y diáconos,
a las personas consagradas, y a los fieles laicos sobre el anuncio del Evangelio
en el mundo actual, Buenos Aires, Conferencia Episcopal Argentina – Oficina
del Libro, 2013.
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